Según un reciente informe de investigación realizado por Hershey, los residentes de Utah compran dulces a la tasa más alta de la nación, casi el doble del promedio nacional, y la razón puede sorprenderlo. Alrededor del 60 por ciento de los residentes del estado son mormones, una religión que desaprueba el consumo de alcohol, cafeína y tabaco. Las golosinas azucaradas, sin embargo, son una indulgencia aceptable, explica Glenn Christensen, profesor de mercadotecnia en la Escuela de Administración Marriott de la Universidad Brigham Young. Continúa explicando que servir dulces en la iglesia y en eventos familiares es algo común. Además de albergar a la población mormona más grande del país, hay más niños viviendo en Utah que casi cualquier otro estado. En 2013, el 31 por ciento de los residentes de Utah tenían menos de 18 años, mientras que el promedio nacional era del 23 por ciento, y los niños son, sin duda, algunos de los mayores fanáticos de las golosinas.

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